Desde diciembre del año pasado asisto al Grupo de Apoyo a la Lactancia de Los Cristianos con la intención de obtener el título de monitora de lactancia y formar mi propio grupo.
Hemos empezado por el final pues se supone que primero debemos hacer los exámenes teóricos y después las prácticas pero Lydia lo decidió así. Estoy muy nerviosa por que en octubre nos examinaremos y no sé si podré hacerlo pues hay que pagar mucho dinero y no sé de donde sacarlo (algo inventaré).
La verdad es que ayudar a las mamás y a sus bebés me llena el alma. Saber que un poco de apoyo puede cambiar el tipo de relación entre dos seres humanos, me hace sentir útil, completa y da sentido y salida a todo lo que estoy aprendiendo.
He ayudado a 4 mamás y a sus bebés a que sus lactancias tuvieran mejor comienzo y ha nacido en mi un sentimiento de orgullo que antes no conocía. Ha sido maravilloso compartir esos momentos y es un privilegio que hayan confiado en mi. Ser parte de esas familias durante unas horas ha sido un honor. Esta sensación es impagable.
Estoy deseando tener ya mi título de monitora de lactancia. También quiero sacar el de monitora de porteo y todos los que vengan después.
El mundo de la maternidad es tan rico en valores y conocimientos que no permite el aburrimiento. Me apena ver como las familias (y en especial, las madres) son despojadas de su poder de sostén de la sociedad. Ver como se ningunea los vínculos primarios me resulta aterrador por eso creo que es tan importante esto en lo que estoy participando tan activamente. Ahora sé lo mucho que puedo aportar a este mundo con algo aparentemente tan sencillo.
lunes, 30 de agosto de 2010
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